martes, octubre 16, 2007

Buenos Aires vs. Buenos Aires



Palermo 8am en la Ciudad de Buenos Aires, un nuevo día comienza, la gente utiliza el subte (el metro) para viajar a su trabajo, una de las dos escaleras mecanicas esta rota, la otra solo sube, el 90% de la gente baja y copa la escalera empujandose. La misma escalera mecanica a las 18 horas esta bajando, el 90% de la gente sube porque regresa a sus hogares. Nadie dice nada, alguno resopla.


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Y resulta que de a poco hemos crecido en muchos sentidos, pero desde aquí en Buenos Aires es muy dificil de observar un crecimiento colectivo como comunidad que somos o deberiamos ser.
La gente se queja 24 horas por día con el amigo, la vecina, la pareja, excepto cuando se encuentra frente a los problemas cara a cara, en el banco, en el trabajo, en la universidad, en un restaurant, aún teniendo en consideración un problema real, la acción nunca se ve modificada.

Un claro ejemplo de esto es la malisima atención al público que existe en cualquier empresa o institución en Argentina de nuestra actualidad. La politica es maltratar al consumidor, y como si se hubiera inventado una nueva estrategia comercial, se rompe el paradigma de ¨el cliente siempre tiene la razón¨ para pasar al nuevo escenario: ¨el cliente es un pobre diablo que si lo apretás baja la cabeza¨. Y lo más terrible es que funciona.
Basta con observar cuanta gente se queja de un tren completo de personas en la boleteria porque deja de funcionar, o cuantas personas dejan de comprar un producto o servicio por el maltrato recibido.
Creo que el motivo es el cansancio acumulado por nunca ver un cambio de actitud por parte de las organizaciones. Los ciudadanos no piensan en el poder de una comunidad porque sencillamente nadie se considera parte de ella. Y aquí estamos otra vez, pincelando como vamos a seguir, como pensamos hacerlo. Y las comparaciones son odiosas, entre los gritos a favor de la mano dura, los comentarios antisemitas y/o racistas en un país creado por inmigrantes, seguimos señalando con el dedo a Estados Unidos, Inglaterra, Brasil o Chile como demonios, exponiendo como ejemplos a seguir gobiernos de caricaturas como algunos lationamericanos o vacilando entre candidatos sin proyecto para las proximas elecciones a presidente.
Pensemos en la educación y en la integración social para empezar a hablar, sin tintes de izquierda ni de derecha, hablemos de cosas claras para proyectarlas en hechos concretos, me gusta Argentina y quiero vivir acá para siempre, sabiendo que soy un privilegiado en este país quiero que todos lo seamos. Hoy estoy tal cual me leen, necesitamos ser una comunidad con sentido de pertenencia hoy.

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